Buscando Sabiduría en tu Negocio (y en la Vida) — La Invitación Abierta de Dios
- Becky de Muir
- 12 may
- 3 Min. de lectura
"Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie." Santiago 1:5 (NVI)
Seamos realistas por un momento — ¿cuántas veces te has quedado sentada en tu escritorio (o en la mesa de la cocina… o en el carro entre diligencias) pensando:"Señor, NO tengo idea de lo que estoy haciendo ahora mismo."
Quizás estás decidiendo sobre una nueva oferta para tus clientes.Quizás te preguntas si ya es hora de contratar ayuda (pero tu presupuesto te está mirando feo).Quizás estás lidiando con un cliente difícil, un socio que no entiende tu visión, o una oportunidad nueva que te emociona y te asusta al mismo tiempo.
Amiga, he estado allí. Más veces de las que puedo contar.
Y aquí está la verdad hermosa y constante que tenemos como emprendedoras que ponemos a Dios primero: Dios nunca se cansa de que le pidamos sabiduría. No voltea los ojos. No lleva la cuenta. No dice: “Pues ya deberías saber eso, Becky.” Nada de eso. Santiago 1:5 nos promete que si nos falta sabiduría, debemos pedir — y Él nos la dará generosamente y sin reproche.
¿Podemos pausar un momento y respirar esa verdad? Dios no es tacaño con Su sabiduría. No la guarda para unos pocos. No está esperando que demuestres que eres "lo suficientemente buena" para manejar decisiones grandes. Él está listo para derramar discernimiento, claridad y dirección en tu situación — si tan solo le pides.
¿Por Qué Se Nos Olvida Pedir?
Si eres como yo (una en recuperación del síndrome de yo lo hago todo sola), puede que se te olvide pedir porque:
Piensas que ya deberías saber la respuesta.
Te ocupas apagando fuegos y nunca te detienes a orar.
Sientes que tus decisiones de negocio son demasiado pequeñas como para molestar a Dios.
Pero amiga, no hay nada “pequeño” para Aquel que diseñó cada cabello de tu cabeza y cada paso de tu camino. Si te importa a ti, le importa a Él.
Una Invitación a Pausar
Hoy quiero invitarte — no, retarte — a que tomes a Dios en serio en esta promesa. Elige una sola área clave de tu negocio donde te sientas estancada o insegura. Solo una. Quizás es tu plan de marketing. Quizás es tu estructura de precios. Quizás es una conversación difícil que tienes pendiente.
Luego, ora. Pide con confianza sabiduría para tu negocio. No necesitas palabras elegantes — solo un corazón abierto y una petición honesta: "Señor, me falta sabiduría aquí. Por favor, dame el discernimiento que necesito."
Y después… (esto es importante)... escucha.
Tu Paso de Acción (¡Porque Sabes Que Me Encantan los Pasos Prácticos!)
Ora específicamente por esa área de tu negocio hoy.
Escribe en tu diario cualquier pensamiento, idea o incluso pequeñas señales que surjan después. (A veces la sabiduría de Dios llega como una idea repentina. Otras veces es una claridad que se va revelando con los días. ¡Ambas son válidas!)
Yo creo firmemente que Dios se deleita en asociarse contigo en tu negocio. No tienes que cargar cada decisión sola. Tienes acceso a sabiduría divina — de la que corta la confusión y alumbra el camino adelante.
Seamos mujeres (¡y hombres también!) que dejan de luchar solas y comienzan a pedir. Construyamos negocios que no solo se guían por estrategia, sino por la guía llena del Espíritu Santo. Con amor y fe,
Becky

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